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Un desenlace esperado por millones
Cuando Juego de Tronos llegó a su octava y última temporada en 2019, millones de espectadores de todo el mundo estaban ansiosos por ver cómo concluiría una de las series más influyentes y exitosas de la historia de la televisión. Basada en la saga literaria Canción de Hielo y Fuego de George R.R. Martin, la serie nos había acostumbrado a giros inesperados, muertes impactantes y una narrativa compleja que mantenía a todos en vilo. Sin embargo, el final no fue lo que muchos esperaban y generó una de las controversias más grandes en la historia de la televisión.
Una temporada apresurada y con guion cuestionable
Uno de los mayores problemas que enfrentó la octava temporada fue su ritmo acelerado. Mientras que temporadas anteriores habían contado con diez episodios para desarrollar la trama, la última solo tuvo seis, lo que obligó a condensar múltiples arcos argumentales en un espacio muy reducido. Esto dio la sensación de que los eventos se sucedían de manera forzada y que los personajes tomaban decisiones abruptas sin el desarrollo adecuado.
Un claro ejemplo de esto es la transformación de Daenerys Targaryen en la “Reina Loca”. Aunque su descenso a la tiranía era algo que se había insinuado a lo largo de la serie, su repentino ataque a Desembarco del Rey en el episodio The Bells (S08E05) pareció una decisión apresurada. Pasó de ser la heroína que liberaba esclavos a una villana que masacraba civiles en cuestión de minutos, lo que dejó a muchos espectadores sintiendo que su arco no había sido desarrollado de manera orgánica.
Personajes con destinos decepcionantes
Además de Daenerys, varios personajes terminaron con desenlaces que no hicieron justicia a su desarrollo previo. Jon Snow, quien había sido el protagonista de múltiples profecías y parecía destinado a jugar un papel crucial en la lucha contra el Rey de la Noche y en el destino del Trono de Hierro, terminó exiliado al Norte después de matar a Daenerys. Aunque su destino cerró el círculo con su origen en la Guardia de la Noche, muchos consideraron que su historia quedó inconclusa.
Por otro lado, el nombramiento de Bran Stark como rey de los Seis Reinos fue una de las decisiones más cuestionadas. A lo largo de la serie, Bran había adoptado un rol místico como el Cuervo de Tres Ojos, distanciándose de la política y del deseo de gobernar. Sin embargo, en el episodio final (The Iron Throne), es elegido como monarca con la justificación de que “tiene la mejor historia”, una decisión que dejó a muchos espectadores desconcertados.
El Rey de la Noche y una batalla decepcionante
Otro de los momentos más esperados de la última temporada era la gran batalla entre los vivos y los muertos en The Long Night (S08E03). El enfrentamiento en Invernalia contra el ejército del Rey de la Noche prometía ser épico, pero terminó dejando muchas preguntas sin responder. Arya Stark, quien había entrenado como asesina pero no tenía un vínculo previo con el Rey de la Noche, fue quien lo mató de un solo golpe, terminando de manera abrupta con la gran amenaza de toda la serie.
Además, el episodio fue criticado por su cinematografía, ya que muchas escenas eran demasiado oscuras y dificultaban la visibilidad de la acción. A pesar de contar con una de las batallas más ambiciosas jamás filmadas para televisión, la falta de tensión y la rápida resolución del conflicto hicieron que muchos espectadores sintieran que la amenaza de los Caminantes Blancos fue desaprovechada.
¿Qué falló en el final de Juego de Tronos?
Si bien es cierto que era imposible satisfacer a todos los seguidores de una serie tan querida, el final de Juego de Tronos tuvo varios problemas estructurales:
- Ritmo apresurado: La reducción de episodios hizo que las tramas se resolvieran de manera precipitada y sin el desarrollo adecuado.
- Incoherencias narrativas: Muchas decisiones de los personajes parecieron arbitrarias o contradecían sus arcos previos.
- Falta de payoff: Elementos clave de la historia, como la identidad de Jon Snow o la profecía del Príncipe Prometido, fueron ignorados o resueltos de manera insatisfactoria.
- Decisiones creativas polémicas: Desde la elección de Bran como rey hasta la repentina caída de Daenerys, muchas resoluciones dejaron a la audiencia confundida y frustrada.
¿Se puede salvar el final?
A pesar de las críticas, algunos defienden el desenlace de la serie. Para algunos espectadores, el final fue un reflejo de la dura realidad de Juego de Tronos: en Poniente, los héroes no siempre ganan y las profecías no siempre se cumplen. También se argumenta que el destino de Daenerys estaba insinuado desde hace tiempo y que Jon Snow, al final, cumplió su rol como protector del reino al eliminar la mayor amenaza.
Sin embargo, muchos fanáticos continúan esperando que George R.R. Martin termine los libros restantes de la saga para ofrecer un final alternativo que respete la complejidad de los personajes y sus historias. El autor ha mencionado que su desenlace será diferente en varios aspectos, lo que ha mantenido la esperanza de los seguidores decepcionados por el final televisivo.
Conclusión
El final de Juego de Tronos fue, sin duda, uno de los más divisivos en la historia de la televisión. Mientras que algunos lo consideran una conclusión satisfactoria dentro de la lógica del universo de la serie, otros lo ven como una oportunidad desperdiciada que traicionó el desarrollo de sus personajes. Lo que es innegable es que, a pesar de su controvertido desenlace, Juego de Tronos dejó un impacto imborrable en la cultura popular y seguirá siendo debatida por años.
¿Fue una despedida épica o una decepción inolvidable? La respuesta dependerá de cada espectador, pero lo que es seguro es que Juego de Tronos marcó un antes y un después en la historia de la televisión.